En la adolescencia, la relación con amigos y amigas es mucho más significativa que con la propia familia. Los iguales son con los que pasan más tiempo y con quien comparten más cosas en común y actividades a diario como: ir al colegio, actividades deportivas, etc.
Es una época en la que los y las adolescentes se van desvinculando de sus familias y las relaciones con sus compañeros y compañeras ganan en importancia, intensidad y estabilidad. Por tanto, el grupo de iguales pasa a ser el grupo preferente de socialización.
Este grupo que se forma se considera tan importante para el rendimiento escolar como lo pueden ser las características de la propia familia, la calidad del profesor o profesora a la hora de enseñar o la calidad de las instalaciones que ofrece el colegio.
El comportamiento y la capacidad de los y las adolescentes, así como el resultado de su
rendimiento van ligados, ya que sus conductas vienen influenciadas por el ambiente que les rodea.
Así, hay estudios que demuestran que:
- Cuando los y las adolescentes se rodean de amistades con un mejor promedio de notas, tienen la tendencia a rendir más y a mejorar su índice académico durante el año escolar.
- Los investigadores e investigadoras también advirtieron que los y las estudiantes cuyos amigos y amigas tenían un índice académico peor tenían más probabilidades de que les fuera peor en la escuela con el tiempo.
La configuración del aula influye
El tipo de compañeros y compañeras que estén en el aula será determinante para los y las estudiantes a la hora de obtener resultados positivos.
Debido a esto, dentro del aula podemos encontrar múltiples factores que influyan en la
configuración del aula y en el rendimiento académico. Por ello, podemos encontrar afectos positivos y negativos.
Entre los positivos:
- Si en la clase hay estudiantes con diversas habilidades, se beneficiarán entre si.
- Si hay estudiantes que consigan altos logros académicos el resto de estudiantes se pueden motivar.
Entre los negativos:
- Si los y las estudiantes en un clase son desobedientes y se distraen fácilmente, el profesor o profesora tiene una mayor dificultad para poder enseñar.
- Un o una estudiante que sea indisciplinado puede perjudicar al resto obteniendo menores resultados académicos.
Es importante que el equipo docente sepa manejar todos estos factores y tenga las herramientas suficientes para lograr el mayor rendimiento posible de su alumnado.
Cómo pueden ayudar los padres y madres
El grupo de amigos y amigas es una parte muy importante en el desarrollo de los y las adolescentes. Por tanto, es muy importante que los padres y madres se centren en las relaciones de amistad que van forjando sus hijos e hijas.
La adolescencia es una época en la que necesitan “ser parte de un grupo”. A muchas familias les preocupa que en ese grupo de iguales ejerza demasiada influencia al tiempo que la suya va disminuyendo.
Es a partir de los 12 años cuando se produce mayor influencia del grupo de iguales, sin embargo este efecto grupal no puede remplazar el rol de los padres y madres en cuestiones importantes.
Para lidiar con esta presión e influencia que pueda ejercer el grupo sobre los y las adolescentes, los padres y madres pueden seguir algunas estrategias:
- Conocer a los amigos y amigas. Conocer a los amigos y a las amigas personalmente puede dar una información muy útil para saber qué hace su hijo o hija cuando no está en casa. Conocer a su grupo de iguales hará que se conozca mejor al propio hijo o hija.
- Conocer a los padres y madres del grupo. Esto ayudará a saber si las actitudes y las preferencias de los padres y madres de las amistades coinciden o no con las nuestras.
- Dejar que pase tiempo con su grupo. Que participe en actividades con sus amigos y amigas es fundamental para que aprenda habilidades sociales. Por ello, no hay que imponerle una agenda “apretada” llena de actividades que le priven de pasar tiempo con su grupo.
- Cómo es la presión que ejerce el grupo en el hijo o hija. Los padres y madres deben reconocer si los amigos y amigas de su hijo o hija tienen mucho o poco interés por lo académico y si esto influirá en su rendimiento.
- Hablar con el hijo o hija para que evite situaciones “extrañas”. Las familias han de hablar con los y las adolescentes sobre cómo resistir las presiones del grupo en momentos en los que crean que se va en contra de los valores que se le inculcan desde casa.
- ¿Prohibir amigos? Los chicos y chicas adolescentes tienden a rebelarse si su familia le prohíbe relacionarse con ciertas amistades. En cualquier caso, una estrategia útil (a medio plazo) es aclarar al chico o chica que no se sienten cómodos con esas amistades y explicarle las razones. Al mismo tiempo conviene, sin negar totalmente la posibilidad de ver a ese amigo o amiga, limitar el tiempo y las actividades que haga con esas amistades de las que se desconfía.
|Escrito por Borja Quicios|
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