Dentro de las amistades que tengo he sido la última en tener hijos y esto te convierte en la eterna novata.
Cuando hablaba de las nuevas situaciones que se me presentaban con Hugo, ponían caras y exclamaban ¡y acabas de empezar! entre risas. Te daban ganas de decirles «cuando terminéis de burlaros de mí ¿me podéis ayudar? S.O.S soy mamá primeriza«.
Entre las miles de conversaciones que teníamos en el café, bueno ellas, porque mientras que sus hijos jugaban al fútbol, consola o se entretenían entre ellos yo estaba sonando mocos, saliendo a correr al baño (mamá caca) y aguantando como una campeona esas rabietas por no prestarle atención, terminaban diciendo: «Ya nos contarás qué tal tu grupo de Whatsapp».
¿A qué se referían?
La primera reunión de padres y madres me la perdí. Estaba en Ibiza pasándolo pipa de viajes de novios y ajena al temido grupo de la clase de Hugo.
No podía imaginar lo que se podía cocer allí, ya que al escribir todo se magnifica como en Gran Hermano. Lo que es una nota de humor se convierte en una ofensa, lo que se dice de forma coloquial se vuelve un debate desvirtuado y como consecuencia: «el niño es un encanto pero por no aguantar a la madre no lo invito al cumpleaños«.
Cuando el curso va avanzando llegan los mensajes de:
«Mamás y Papás nuestros hijos cantan. Necesitan un jersey color marrón de cuello vuelto que sea finito».
Rápidamente las madres formamos filas para ir corriendo a por lo que nos han pedido pero como siempre, ¿qué pasa?, pues que no puedes mirar el grupo en 10 minutos y te encuentras con 142 mensajes que dicen:
- En “la” Mari” no hay
- En “la cara” agotados…
- Y en el chino hay nueve. El resto habría que encargarlos
- ¿Cuando llegan?
- ¿Me podéis poner el dinero?
- Oye mira mamá que necesito un chaleco, ¿tú me lo puedes mirar?
- Niña, ¿tú tienes un jersey de tus hijos marrón que me puedas prestar?
Directamente te tomas una valeriana para pensar con más claridad en qué hacer.
Llega el día, ves la tan ansiosa actuación de tu hijo y te das cuenta que has peleado, que has perdido dos tardes para tres minutos de actuación.
Otro apuro, la delegada de la clase
Otro punto es la delegada de clase. Esta madre debería de exigir un seguro de vida por parte del colegio. Haga lo que haga siempre estará mal.
Un gran problema del grupo de clase son las discusiones de los niños. La teoría la sabemos todos pero cuando llega del colegio tu tesoro y te dice: «Mamá, me ha pegado María y Claudio se ha comido mi desayuno», madre mía lo que te entra por ese cuerpo. Coges el móvil y escribes lo primero que se te viene a la cabeza. Discutes con las progenitoras, pasas una mala tarde y estas deseando que llegue alguien para contarle la aventura del día.
Te levantas por la mañana, llegas a la puerta del colegio y tu tesoro corre y grita:
- Holaaaa María
- Mamá mira Claudio
Y piensas, antiguamente las peleas de recreo se quedaban en el recreo...
El grupo de AMPA
De pronto aparece un mensaje en tu móvil que dice: has sido añadido al grupo AMPA, en el que escriben qué se necesitan padres para el día de la paz y para coser las cortinas del S.U.M (en mis tiempos salón de actos). Corriendo aparecen, madres de oídos sordos, las que trabajan y no pueden, las que trabajan pero se ofrecen para hacer lo que sea desde casa y las que piensan ¿para qué voy a ir?, si siempre van las mismas.
La madre colaboradora se propone levantarse antes ese día para dejar la casa lista por si llega tarde, pero qué casualidad que el niño se despierta, vomita todo el desayuno y al final haces una carrera para llegar a tiempo al cole. Una vez dentro del A.M.P.A , decides que hoy se come patatas fritas con huevo.
Cuando estás a mitad de curso te has convertido en una especialista en hacer flores de papel, maceteros con botellas de plástico y en hacer nuevas amistades.
En definitiva, aunque no nos gusten estos grupos de Whatsapp, si se utilizan de manera adecuada creo que son necesarios.
|Escrito por Sara Moreno García|
Lee este post en el que presentamos otra alternativa al grupo de Whatsapp para la comunicación escolar: Remind.
La Voz Educativa 
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