Existen pocas cosas que nos dé más satisfacción que conocer y dialogar con gente que sentimos que va en la misma dirección que nosotros, ya sean conocidos, amigos, familia, y a veces incluso pareja.
La sensación de ver que alguien más piensa de manera diferente al resto de lo que habíamos visto hasta ahora y, precisamente, piensa en lo mismo que nosotros, eso no es ni bueno, ni malo, solo es especial.
No pensamos mejor que nadie en nada, tan solo pensamos de manera diferente, de forma única, con otra perspectiva. No solo hablamos de las PAS (Personas Altamente Sensibles), sino de cualquiera que haya encontrado alguien en quien refugiar sus historias mentales, por eso, cuando aparece una de esas personas especiales y contadas con los dedos de la mano, sabemos que tiene que estar en nuestra vida, del modo que sea, pero ahí.
Puede que la vida sea eso, dejar que esa conexión que establecemos con ciertas personas a lo largo de nuestra existencia nos lleve hacia nuestro destino, formando así, un proceso de crecimiento donde nos permitirnos aprender, compartir, ayudar y ser ayudados, y crecer, dejando una huella emocional en corazones ajenos al nuestro.
Si somos capaces de aferrarnos por orgullo a personas que no nos hacen bien o que no nos aportan lo esperado, no me puedo creer que no abramos la puerta de nuestra vida a quien nos ha demostrado en poco tiempo lo que hay personas que no nos demuestra en años por miedo a sentirnos al borde del precipicio, ese «precipicio mental» que no es más que la dependencia emocional que ponemos en manos de los demás por miedo a tener que dirigir nuestra propia vida, que además de todo, creemos controlada.
Una conversación, un punto de vista, una palabra o, en ocasiones, un gesto, que nos hace, que en un momento dado, alguien nos dé esperanza, sin importar sobre qué. Tal vez debamos analizarlo sin miedo a pensar y expandir nuestra mente, no vaya a ser que nos encontremos un poco más a nosotros mismos y salgamos corriendo.
Te quiero en mi vida porque lo que dices va acorde con lo que haces.
|Escrito por Juan Gallego|
Deja una respuesta