Cuando llega por primera vez a la escuela un niñ@ con TEA (Trastorno del Espectro Autista), padres y profes se encuentran un poco perdidos y es difícil iniciar el trabajo con un pequeñ@ que suele no parece responder a rutinas o tener intereses y que muestra comportamientos disruptivos. Veremos en este post algunos consejos a tener en cuenta desde la escuela ordinaria:
1. La colaboración escuela-familia:
Preguntar a los padres sobre sus gustos y qué objetos o tareas le motivan, servirá para iniciar una interacción y a partir de ahí, generar nuevos intereses. También saber qué cosas le calman (ya que al principio pueden tener rabietas) y su grado de autonomía en tareas de auto cuidado básicas, facilitando que traiga objetos de casa como por ejemplo, su vaso favorito para conseguir que beba, etc.
2. La preparación del aula:
Tanto si hablamos de infantil como de primaria, podría delimitarse por colores cada rincón del aula y colocar fotos grandes y su pictograma debajo; para ir estableciendo correspondencia. Así mismo, eliminar objetos susceptibles de ser peligrosos que estén a su alcance y preparar un rincón de la calma, separado de la zona de trabajo para que pueda relajarse ante rabietas. Puede tenerse un mueble con sus materiales cerca de su sitio, ya que esto le hará interesarse por ellos y le dará una mayor confianza y autonomía al poder escogerlos.
3. La ampliación de la confianza:
Para ganar su confianza hay que respetar sus límites (acercarnos y tocarnos progresivamente…) y entrenar poco a poco su afectividad; ya que suele ser algo que les cuesta tolerar. Por esto es importante que el tutor/a sea una persona sensible, cariñosa y paciente, generando un vínculo afectivo que hará que se abran a socializarse. Poco a poco, ampliar personas y espacios, sin forzarle.
4. Iniciando el trabajo:
Debemos proponerles actividades sencillas que cambien periódicamente para que no se “obsesionen” siempre con los mismos objetos/juguetes con los que encuentran éxito o placer. Así mismo, alternar actividades de su interés con otras nuevas a través del refuerzo positivo. Por ejemplo, una actividad para “conectar” puede ser “El libro sobre su vida”, en el que aparecerán imágenes suyas realizando actividades de su día a día (acompañadas de pictogramas), que se puede leer conjuntamente cada mañana. También será fundamental estimular sus sentidos (con actividades diarias) para detectar si tiene alteraciones (por exceso o por defecto), que podrían influir en su aprendizaje. Tod@s los niñ@s con TEA las tienen y suelen ser origen de conductas disruptivas por lo que es recomendable elaborar un perfil sensorial del niñ@ y a partir de ahí, planificar las actividades.

5. La comunicación efectiva:
La incomprensión del lenguaje será la mayor barrera entre est@s alumn@s y sus docentes. Se debe iniciar una agenda de anticipación de rutinas ya sea con objeto real, fotos o pictogramas (dependiendo de su comprensión) y le enseñaremos a señalar lo que toca, con quién… dándole estabilidad y orden a su día en el cole. Podemos ayudarles al principio mediante guía física “guiando sus movimientos” (cogiéndole la mano para señalar, por ejemplo).



Si no hay un lenguaje todavía, se utilizará un SAAC (Sistema Alternativo o Aumentativo de Comunicación) que puede ir desde señalar un objeto real hasta usar el lenguaje oral, pasando por sistemas gestuales. El maestro o maestra de Audición y lenguaje será la persona en quien debemos apoyarnos para decidir qué sistema es el adecuado. Además, debemos combinar apoyos gestuales, auditivos y visuales a la hora de comunicarnos. Por ejemplo; para indicar que es la hora de desayunar se puede utilizar una canción y un gesto, que realizaremos mientras señalamos la foto (o pictograma) del momento de “desayunar”. Con el tiempo, se irán retirando ayudas a medida que el niñ@ comprenda.
|Escrito por Paula Berciano|
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