¡Qué bien, han llegado las vacaciones! Las mamás y los papás ya no pasamos ese calor horrible en la puerta del colegio y se acabaron las conversaciones como:
– ¡¡¡Qué calor hace!!! Los pobres ya están cansados, total para lo que van a hacer ya en estos días.
Pero sobre todo:
– ¿Qué hacemos con los niños/as ahora?
Hay madres que corren para hacer un sondeo de escuelas de verano, campamentos, talleres etc. para que su hijo o hija no se aburra, porque tiene que trabajar o bien porque los abuelos le han dicho:
– Lo siento hija mía, este año tu madre y yo hemos pedido un crédito al banco y nos vamos los tres meses de verano con el IMSERSO (mienten como bellacos).
Para otras madres la preocupación son las notas. Da igual la edad que tengan, como te diga la/el profe de infantil de 3 años que tu hijo/a tiene que repasar el número 1 o recortar ya te entran los sudores y no escuchas nada más, solo haces preguntas:
– Pero ¿le pasa algo al/la niñ@? Psicomotricidad fina ¿no tiene? Si yo sabía que la aplicación de www.Pinterest.es me la tenía que haber bajado en el móvil… No se preocupe usted que va a estar haciendo número 1 con puntitos, con plastilina, a este lo pongo yo con el punzón y la tijera todo el verano…
Mientras tanto la/el profe de tu niñ@ piensa:
– Ya me queda menos para llegar a los cinco años y quitarme a esta madre de encima.
Porque tenemos que admitir que las madres somos peores que los hij@s.
Ya en casa
Ya tenemos a nuestro angelito en casa y por supuesto a nuestra caja de valerianas para no perder los nervios antes de tiempo.
Las vacaciones es una época de resignación para unos y para otros es una maravilla (sin horarios, sin reuniones de colegio, sin bailes de fin de curso, porque ponerse de acuerdo con otras madres está muy sobrevalorado) pero sobre todo son unos meses de cambio. Se puede aprovechar para que los niños y niñas se vistan solos, coman ese alimento que en invierno es más difícil que se lo coman por falta de tiempo, dormir en su cama o bien lo que queremos todas las madres: pasar todo el tiempo del mundo con ellos y no perdernos ni un detalle de lo que nos dicen o hacen.
El destino de vacaciones
Cuando nos vamos de vacaciones es como ir a hacer la compra del mes al supermercado. Hacemos una lista para que no se olvide nada (yo la hago) y aun así se olvida algo. Acabar y subir todo al coche, poner al/la niñ@ en su silla; es una carrera de obstáculos porque en vez de estar felices de huir de la rutina, estamos nerviosos y el/la niñ@ como una moto.
Llegas a tu destino y empiezas a guardar bártulos, cuando te das cuenta parece que va a estallar la Segunda Guerra Mundial y ves que todo lo que has llevado es «Por si…«. Como decía un papá primerizo de mellizos en un documental, “hemos acabado un día con éxito y ya nos queda uno menos para morirnos”, a mi esta frase me impactó y me hizo mucha gracia.
Si os vais de vacaciones solos es una maravilla, pero si te vas a un hotel con el todo incluido, con actividades para niños y niñas y con una monitora súper simpática que se ocupa de tu hijo durante varias horas, es lo más de los más. Pero no, casi siempre te vas en familia porque así sale mucho más barato aunque lo que no sabes es lo caro que lo vas a pagar después.
Lo primero que deberás hacer es llevar a tu hij@ a una escuela militar porque con tanto mimo y con tanta frase: «es muy chico, déjalo…» cuando vuelves a casa es un caballo desbocado.
Luego el lote de trabajar. Te metes a hacer tostadas para 20 y sales de la cocina cuando has pelado más patatas que en la cocina de un bar. Seguro que en toda familia que se precie hay un familiar, como decirlo de manera suave, Cara Dura. Ese familiar que cuando hay que fregar (porque recordemos, has alquilado un pisito a pie de playa con varias habitaciones, algo tenía que fallar, no hay lavavajillas), le duele la cabeza, llega cuando la comida ya está puesta en la mesa o la cuñada, que todo lo que hacen sus hijos lo pasan por alto y todo lo que hace el tuyo está fatal.
Mejor evitar ciertas cosas…
El verano es muy bonito, el verano es muy divertido y en el verano se puede hacer lo que un@ quiera. Pero… ir a la playa en coche ¡¡¡NO!!! La playa está hasta la bandera, asique toca ir andando cargando con las butacas, la sombrilla, el bolso, los juguetes de los niños…
Irte a comer fuera ¡¡¡NEGATIVO!!! Ese día nada de ir a la playa por la tarde porque si no mientras que el primero se ducha, el último termina de arreglarse y la abuela hace pis por el diurético, cuando vas a cerrar la puerta te dan las doce de la noche y gritas:
– ¡Se acabó, nos quedamos aquí y pedimos pizza para todos!
Al final se acaban tus vacaciones, estás deseando llegar a tu casa. Le hablas al colchón y a todos tus electrodomésticos y dices:
– El año que viene pongo mi hucha. Me voy unos diítas pero me voy a un hotel con mi pulsera y no hago ni la cama.
P.D. Ir de vacaciones en familia tampoco tiene que ser malo o salir mal… Hay momentos muy divertidos que quedarán en nuestra memoria.
|Escrito por Sara Moreno García|
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