150 años de Montessori

Este año se cumple el 150 aniversario del nacimiento de una de las grandes mujeres de la historia, María Montessori. Nació en 1870 en Italia, estudió medicina y fue una de las primeras mujeres médica en su país. Comenzó a trabajar con niños con necesidades especiales, con los que percibió que parte de sus problemas eran más pedagógicos que médicos por lo que les proporcionó un ambiente preparado y unos materiales especiales.

María Montessori fue una mujer que vivió por y para la paz, por ello su programa educativo se basa en ello. Su forma de entender la esencia del niño/a y la idea de que la educación podía cambiar el mundo es un auténtico legado para la humanidad. 

EL TRABAJO DEL NIÑO ES EL JUEGO

Montessori creía que los niños y niñas estaban en un plano superior, que no nacen incompletos y es por ello que no tenemos que enseñarles nada. Nuestra función como educadores solo es “darles luz y seguir nuestro camino”, es decir, ofrecerles la combinación de un adulto preparado y el ambiente adecuado para que desplieguen todo su potencial. En las aulas Montessori se considera que los niños trabajan y no juegan, el juego es algo tan importante y en lo que los niños/as ponen tanto esfuerzo que no podía denominarlo meramente jugar, pues era un verdadero trabajo intelectual.

«Debe ser obvio que el estado psíquico del niño merece nuestro respeto y ayuda. Un niño comienza con nada y desarrolla su razón, la característica específica del hombre. Y empieza su camino».

María Montessori. El secreto de la infancia

Algo que es importante aclarar es que los materiales Montessori constituyen sólo el 20% de su método. El 80% restante consiste en el trabajo personal por parte del adulto/a que ha de interiorizar que el niño/a es un ser capaz de aprender solo, que merece el más absoluto respeto y cuanta libertad (que es muy diferente al libertinaje) pueda manejar. Por ello, hemos de ofrecerles un ambiente preparado y observarlos mucho para poder brindarles en cada momento lo que necesiten. Las actividades que les brindemos a los niños/as en el ambiente preparado son importantes, pero lo que realmente es fundamental, lo que les marcará el resto de su vida, es el cariño y el amor que los adultos le den.

Y ahora hablaré de los tres pilares fundamentales en los que se basa el método de María Montessori, que ya he nombrado, para profundizar sobre ellos: la mente absorbente de los niños/as, el adulto preparado y el ambiente preparado.

Imagen de montessorizate.es

LA MENTE ABSORBENTE DEL NIÑO/A

Montessori consideraba que el primer plano de desarrollo de los niños/as (abarca del nacimiento hasta los 6 años) era el más importante, puesto que su mente era absorbente y le permite una capacidad de aprendizaje inmensa, tanto en la adquisición de conocimientos como en la asimilación de la moral y la cultura de la sociedad en la que vive inmerso/a el niño/a. 

Los tres primeros años interiorizará todo lo que acontece en su ambiente de manera inconsciente, gracias a las necesidades que tiene en este momento (movimiento, orden, uso de la mano y los sentidos, lenguaje) denominados periodos sensibles, para a los 3 años dar paso a una mente absorbente consciente, periodo en el que el niño/a querrá aprender algo y trabajará para lograrlo.

EL ADULTO CONECTADO

Montessori sitúa al adulto en el papel de no entorpecer el desarrollo de los niños y niñas. Como adultos hemos de observarlos, reconocer la fase de desarrollo en la que se encuentran, conectar con ellos para que su mente absorbente pueda desarrollarse en armonía y adaptar el ambiente en consecuencia.  En definitiva, nuestro rol como adultos (maestros, educadores o padres) es de cooperación en dos ámbitos: el ajuste del ambiente preparado y el respeto al maestro interior que poseen los niños/as.

Tenemos como reto intentar que esos seres humanos se desarrollen lo más plenamente posible, adaptándose a la sociedad y la familia en la que van a vivir y dejándoles ser, respetando su personalidad que se está formando. Pero, sobre todo, tenemos que hacer un trabajo personal enorme con el fin de servir de ejemplo de los niños/as.

EL AMBIENTE PREPARADO

El ambiente preparado es el lugar en el que el niño y su mente absorbente y el adulto conectado se reúnen para que el adulto ayude al niño/a a desarrollar todo su potencial. Debe responder a los periodos sensibles por los que esté pasando el niño/a en cada momento.

Un ambiente preparado debe:

  • Estar adaptado a los niños/as que van a usarlo.
  • Ser flexible para poder seguir adaptándose con el tiempo.
  • Ser espacioso, bonito y ordenado.
  • Fomentar la autonomía al tiempo que permite la seguridad de los niños/as.
  • Tener materiales ordenados y que permitan el desarrollo de los niños/as y fomenten su autonomía y experimentación.

De esta manera el ambiente le proporciona al niño/a un espacio que cubre sus necesidades y a la vez le hace sentir pertenencia con el grupo social en el que se encuentra, siente que forma parte y eleva su autoestima al brindarle una total autonomía.

Aunque han pasado más de 100 años, y hay investigaciones sobre neurociencia y educación que avalan las teorías que María Montessori formuló a través de la observación de los niños/as, sigue habiendo muchos mitos (que es una moda, que se trata de un método muy rígido, o todo lo contrario, muy anárquico) que quitan veracidad a su método. A pesar de toda la labor de divulgación que ofrecen muchísimos profesionales y de los estudios realizados por revistas prestigiosas, como el artículo Montessori education: a review of the evidence base que publicó la revista Nature en 2017 a cargo de Chloë Marshall, en el que se hace una recopilación de los estudios realizados sobre su pedagogía basándose en la evidencia científica, siguen habiendo muchos detractores de esta mujer que creía en que una nueva generación de niños, educados y criados desde el respeto y no desde el castigo, desde el amor y no desde la violencia, desde la verdad y no desde la mentira, serían los que nos salvarían del gran problema de la humanidad: la guerra; y podría cambiar el mundo.

Información extraída de:

«Montessorízate: Criar siguiendo los principios montessori» (2018) de Beatriz M. Muñoz. Editorial Grijalbo.

Puedes conocer mejor a la autora haciendo clic aquí.

|Escrito por Saray Sesé|

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