Harta de oír descalificaciones varias en el colegio, decidí crear este recurso gamificado para el aula de PT: “El VAR del respeto”. Lo sé, suena a locura, pero a mi alumnado le ha encantado y sobre todo, ¡está funcionando!
Todo empezó en una asamblea grupal de lunes por la mañana en la que propuse resolver el problema de las faltas de respeto. Como uno de los intereses comunes de los niños y niñas que acuden a mi aula es el fútbol, surgió la posibilidad de mostrar las tarjetas amarilla y roja típicas de un partido, como como forma de aviso ante las faltas de respeto.
Manos a la obra diseñé las tarjetas y todo lo demás…
Aquí podéis ver el campo de fútbol en el que se sitúan todos los jugadores (casualmente son 11, mis alumnos y alumnas de primaria). Cada semana permanecen en él si no han cometido una falta grave: tarjeta roja. A continuación, detallo todos los elementos de esta gamificación:
ELEMENTOS:
- Tarjeta amarilla: es una falta leve. Si se enseña una vez, tienen otra oportunidad…
- Tarjeta roja: es falta grave. Conlleva nota en la agenda a la familia y ser expulsado al banquillo (su foto).
- El VAR: la profesora, atenta siempre ante cualquier falta de respeto.
- El campo: allí están las fotos de los jugadores y jugadoras que no hayan cometido falta grave de respeto (tarjeta roja).
- El banquillo: allí se sentarán a reflexionar las fotos de los jugadores y las jugadoras que hayan cometido falta grave.

- El reglamento: entre todos y todas acordamos mediante lluvia de ideas qué significa tener respeto, para saber cuándo se incumple.
- La clasificación: contiene los apodos futboleros que cada alumno y alumna se ha puesto, donde marcarán cada semana con una cruz si no han cometido falta grave.
- El balón de oro: es el premio por ser un “crack del respeto”, habiendo marcado cuatro semanas consecutivas sin cometer falta grave. Ese premio otorga diez minutos libres en el aula (es canjeable sólo una vez al mes).

Lo más importante de este proyecto es que se lo están tomando en serio porque han sido creadores de cada elemento y se han tenido en cuenta sus aportaciones, desde el diseño de normas (o reglamento de fútbol) hasta la penalización que supone tener una tarjeta roja. Al realizarse todo en una reunión grupal, nos beneficiamos del debate y la puesta en común de ideas, teniendo claro que todo lo acordado era respetuoso y les parecía útil para disminuir las faltas de respeto, que era un problema que a menudo salía en reuniones.
Cada inicio de semana vemos el ranking y miramos el reverso de las tarjetas para ver si el árbitro (que soy yo) tiene apuntados nombres en las tarjetas. Los nombres apuntados en la amarilla no tienen penalización; pues se acordó que la primera falta era un aviso, pero si hay alguien en la roja, debe traer la agenda para informar a las familias y se va al banquillo. Esto hace que esa semana no se haga la marca en la clasificación y por tanto se retrasa su llegada a la consecución del balón de oro.
La idea ha surgido en mi aula de Pedagogía Terapéutica, pero es adaptable a cualquier grupo, y ¡ojalá os animéis a hacerlo!
El resultado… se están riendo mucho con la situación de que su maestra anti-fútbol total se meta en estos enredos por ellos y ellas; y es que… ¿por quién si no?
¡Ah! No se me puede olvidar dar las gracias por contribuir a la materialización de esta idea a Gabi Sánchez, mi periodista deportivo de confianza… Sin ti, seguiría sin saber lo que es el VAR.
|Escrito por Paula Berciano|
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