Con esta crisis climática no hago más que pensar en qué podemos hacer, por dónde empezamos y si realmente podemos cambiar algo. Despierto cada día preocupada y esperanzada de que en algún momento nos pasemos todos y todas al mismo equipo y cambiemos nuestros hábitos, porque de ninguna manera es sostenible nuestra forma de vivir.
Todas y todos tenemos nuestro papel aquí: o actuamos protegiendo lo máximo posible el planeta, o lo destruimos aún más. Y si en algún momento decido tener hijos, tendré la conciencia tranquila y podré decirles que sí, que lo hice lo mejor que pude.
Por ello, hace dos años decidí hacer mi ERASMUS en Noruega y cursar una asignatura de Educación para la Sostenibilidad (el nombre completo en inglés es Sustainable Development by Involvement) en Bergen. Quería cambiar de aires y aprender de un país pionero en la educación al aire libre y en políticas verdes (cuestionable si tenemos en cuenta su posición ante el petróleo). Descubrí esa asignatura de 30 ECTS que ocupaba prácticamente todas las horas de un semestre, y me metí de lleno. Aprendimos sobre sostenibilidad desde sus cuatro pilares: economía, sociedad e igualdad, ecología y participación.
Hoy os voy a compartir una recopilación de ideas para trabajar la sostenibilidad, elaboradas por todas las compañeras y compañeros de clase. Están pensadas principalmente para infantil, pero se pueden adaptar a todas las edades. Muchas parten desde la base de que el simple hecho de pasar tiempo jugando en la naturaleza ya ayuda a que el alumnado desarrolle una actitud positiva hacia ella. Además, tratamos de abordar la sostenibilidad no solamente desde la ecología, sino también desde el punto de vista de la igualdad, la economía y la participación, dándole a los niños y niñas un espacio para que puedan actuar y sentir que tienen el poder de cambiar las cosas.
Aquí os dejo mis tres dinámicas e ideas favoritas traducidas y adaptadas al castellano, el resto las podréis encontrar en inglés adjuntas al final de este post. Es hora de que esas ideas se utilicen y no queden olvidadas en nuestros ordenadores.
Reducción del consumo masivo
Objetivo: Acostumbrarse a consumir lo menos posible y producir la menor cantidad de basura posible.
Esta propuesta es una rutina semanal. Una vez a la semana, los niños y niñas deberán encontrar en su escuela una o dos cosas que sean nuevas o que realmente no necesiten. Puede ser un objeto, un mueble, decoración, comida u otros. Puede llegar un momento en el que ya no haya más objetos de los que hablar, entonces podemos ir al siguiente nivel, que sería hablar de las cosas que encuentren en su casa o que acaba de comprar su familia (puede crear dilema ya que todas las familias no parten desde la misma situación socio-económica, así, el educador o educadora debe considerar si se convertirá en un problema comparar los bienes de unas familias con otras). Cuando encuentren el objeto pueden hacerle una foto, dibujarlo o simplemente hablar de ello. En asamblea, hablaremos sobre el objeto, aquí tenéis algunas ideas:
- ¿Te gusta? ¿Lo quieres? ¿qué quieres hacer con él?
- ¿Lo necesitas?
- ¿Puedes usar otro objeto para hacer lo mismo?
- ¿Eres feliz sin ese objeto?
- ¿Qué harás cuando ya no lo necesites?
Seguro que encontraréis algún dilema, parecido a “no lo necesitamos, pero nos hace la vida más fácil” o “no necesitamos comer helado, pero nos hace felices”. El punto clave es que pensemos las consecuencias del consumo masivo específicamente de ese objeto y si merece la pena o no. Personalmente, no haría esta rutina más de una vez a la semana, ya que los niños y niñas no son responsables todavía de sus propios hábitos de consumo, si no de la influencia de su familia y de los medios de comunicación, pero podemos hacerles ver que tienen poder de cambiarlo.
Además, se deberá completar esta propuesta tratando más a fondo el tema de los deshechos. Se puede completar con una salida a una planta de reciclaje, a una zona llena de basura o incluso con un vídeo sobre las toneladas de basura que el ser humano produce (para niños y niñas de más edad).
Hotel de insectos
Objetivo: estrechar el lazo con el medio natural y promover una actitud positiva ante los insectos
Hoy en día, la relación entre el producto (una manzana) y su origen (el árbol), es muy lejana, dado que cualquier alimento lo adquirimos en el supermercado. Es todavía más difícil aún para los menores hacerse una idea de dónde viene todo lo que nos comemos sin haberlo visto con sus propios ojos. Para entenderlo, necesitan pasar tiempo en la naturaleza, ver de dónde viene nuestra comida y nuestros recursos. Si queremos que tengan una actitud positiva y que quieran proteger la naturaleza, primero deben pasar tiempo en ella y tratar de conocerla. Por ello, es tan importante hacer salidas tanto a huertos como a parques naturales.
En esta propuesta, quiero que el alumnado llegue a conocer los insectos, así como otras especies y que forman parte de un todo. Si una especie desaparece, afecta a otras especies. Actualmente podemos ver que es un tanto difícil para los insectos encontrar un sitio en el que vivir. Una de las razones es que los humanos están destrozando su hábitat natural, influyendo así sobre el resto de plantas y animales. ¿Cómo podemos trabajar esto en la escuela infantil?
Mi idea es construirles un “hotel”. Así, aprenderán sobre las diferentes especies de insectos y se harán una mejor idea de quién vive en la naturaleza y la importancia de protegerlos. El hecho de conocerlos de primera mano puede crear una actitud positiva para protegerlos. Al crear el “hotel” de insectos, los niños y niñas entenderán mejor cómo viven, dónde viven y cómo se relacionan con el resto de la naturaleza, además de proporcionar un hogar seguro y libre de productos químicos para ellos.
Es importante que todos/as estén involucrados desde el primer momento para sentirse parte del proyecto. Pueden construir el hotel con los educadores/as para encontrar los materiales y hacer el hotel perfecto. Por ejemplo, las avispas tienen sus nidos en arena, varillas huecas, tierra y madera. Se puede recoger todo esto y ponerlo en una caja de madera o se puede hacer de manera más avanzada como en la imagen. Aconsejamos recoger todos estos materiales siempre que no impliquen hacer más daño al medio natural. Es decir, podemos coger cosas de casa que ya no necesitemos para construirlo. Aquí podéis encontrar más información sobre los hoteles de insectos. ¿Y si no acude ningún insecto? Es muy importante hacer esta propuesta en la época adecuada del año para asegurarnos de que venga alguno (¡en invierno no!).
¿Cómo flota la basura?
Objetivo: entender cómo actúa la basura y el plástico en el agua y observar su comportamiento con el paso del tiempo.
Primero, los niños y niñas deberán traer basura de su entorno (su casa, la escuela o la calle) y traerlo a clase, como por ejemplo latas vacías, cartones de leche, toallitas de papel o envoltorios de plástico. El educador o educadora preparará varios recipientes con agua, mejor si es transparente para que se pueda ver a través. Ahí depositarán la basura y verán si flota o si se hunde. El papel de los educadores se limita mantener la actividad en orden mientras que los/as menores exploran a su ritmo con el agua y la basura. Mientras tanto, se deberá hablar sobre lo que están viendo:
- ¿Qué le pasa a la basura cuando la ponemos en el agua?
- ¿Cuál se hunde y cuál flota?
Sería interesante ver cómo se modifica con el paso del tiempo. Si se puede habilitar un rincón para ello, después de unos días se puede volver a observar la basura (el cartón de leche se habrá hundido, las toallitas de papel habrán modificado su forma). También se deberá hablar sobre cómo ha cambiado el agua. Así, podemos reflexionar también sobre las siguientes cuestiones:
- ¿Qué le pasaría a los peces si viviesen aquí?
- ¿Tendrían suficiente espacio?
- ¿Qué pasa si se comen la basura?
- ¿Qué pasa si hay algún pájaro que vive cerca de esta agua?
- ¿Y que nos pasaría a nosotros si nos comemos estos peces?
Es muy importante escuchar las ideas y expectativas del alumnado antes de la actividad y también sus pensamientos tras la misma. La basura en los océanos es un tema muy complejo y debe ser tratado con cuidado. El alumnado debe estar involucrado en todo momento y sus opiniones e ideas es lo más importante en esta actividad.
El problema global al que esta actividad trata de llegar es muy complejo: la gran cantidad de basura flotante en el mar, que ocupa el espacio de los animales marinos. Contamina el agua con tóxicos que son absorbidos por todos los organismos que viven en el océano. Muchos de ellos mueren. También, cuando los peces, el marisco, las aves y otros organismos comen microplásticos, pasa de unos a otros a través de la cadena alimenticia y al final, llega a nosotros de una manera o de otra.
Haciendo clic en el siguiente enlace podréis descargar el booklet completo (folleto en inglés) con más propuestas educativas para trabajar la sostenibilidad en el aula:
>> Booklet para trabajar la sostenibilidad en educación infantil <<
Me gustaría agradecer a todo el equipo docente de esta asignatura por inspirarnos, enseñarnos y hacernos ver aspectos en los que antes ni nos parábamos a pensar. Básicamente, a pensar antes de actuar. ¡Gracias también a la Universidad HVL de Bergen por acogerme como estudiante internacional!
¡Espero que os hayan gustado las ideas y que os resulten útiles!
|Artículo escrito por Alba Martínez Ruiz|
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